La investigación revisó las publicaciones de ambos políticos entre julio de 2024 y junio de 2025 y evidenció patrones de manipulación, ambigüedad y falta de verificación en sus mensajes vinculados a migración y delincuencia.
Por Paz Crisóstomo
Un análisis de 200 publicaciones en X (ex Twitter) realizadas por José Antonio Kast y Johannes Kaiser entre julio de 2024 y junio de 2025 evidenció un uso sistemático de contenidos engañosos, imprecisos o directamente falsos en temas relacionados con migración y seguridad. El estudio forma parte de la tesis de pregrado de los estudiantes Sebastián Amar y Pablo Soto desarrollada en el ramo Taller de Investigación, dirigido por la doctora Paz Crisóstomo. Lo que aquí se presenta corresponde a un extracto de la investigación titulada “Análisis discursivo en X de la ultraderecha chilena sobre inmigración y delincuencia (desde julio de 2024 hasta junio de 2025)”.
“Lo primero que hicimos fue tomar una muestra por conveniencia. En el caso de Kaiser revisamos sus más de 1.600 publicaciones y elegimos 100 posteos que creímos que se podían verificar de alguna forma. Con Kast hicimos lo mismo, pero revisando cerca de 1.000 publicaciones, de las cuales también seleccionamos 100”, explican los autores. Luego, añaden, “fuimos uno por uno con esos posteos, viendo qué datos o afirmaciones se podían comprobar”.
Cada publicación fue sometida a un análisis de contenido temático que contempló variables como autor, fecha, tipo de recurso utilizado (texto, imagen o video), presencia de fuentes y nivel de veracidad. El proceso incluyó además una revisión específica de los elementos audiovisuales presentes en la plataforma X, como imágenes, emojis, hashtags y recursos gráficos, con el objetivo de identificar apelaciones emocionales, representación del “otro” y códigos visuales asociados a las narrativas de seguridad.
Para evaluar la veracidad del contenido, el equipo aplicó un protocolo de verificación basado en metodologías utilizadas por plataformas de fact checking. “Para verificar la información seguimos un orden: primero buscábamos en fuentes oficiales, como la DIPRES, el INDH o Transparencia. Si no encontrábamos ahí, pasábamos a fuentes externas, principalmente medios de comunicación. Y si tampoco había nada, lo marcábamos como ‘sin fuente’”, detalla Amar. Antes de iniciar el proceso, ambos definieron de manera conjunta qué se consideraría como verdadero, falso, engañoso, impreciso o no verificable, “para tener criterios claros y ser lo más precisos posible”.
Los resultados de Johannes Kaiser vs José Antonio Kast
Los resultados muestran diferencias significativas entre ambos actores. En el caso de Johannes Kaiser, un 34% de sus publicaciones fueron catalogadas como verdaderas, pero el 55% corresponde a información engañosa, imprecisa o falsa. Esto revela un estilo comunicacional más polarizado, donde se combinan afirmaciones comprobables con distorsiones que refuerzan percepciones de amenaza o inseguridad. Además, el 11% de los mensajes no pudo ser verificado por falta de fuentes o registros públicos.
En el caso de José Antonio Kast, el patrón se concentra en la ambigüedad discursiva: un 28% de sus mensajes fueron considerados engañosos y un 25% imprecisos. Solo el 27% resultó ser verdadero, mientras que un 10% fue calificado como falso. En conjunto, un 63% de sus publicaciones presenta algún grado de desinformación. A diferencia de Kaiser, Kast utiliza con mayor frecuencia estrategias retóricas que mezclan datos reales con interpretaciones sesgadas, omisiones o exageraciones que mantienen la apariencia de veracidad.
Ambos actores comparten un nivel similar de publicaciones no verificables, cercano al 10%, lo que muestra el uso de afirmaciones sin respaldo claro como parte de su estrategia comunicativa. En términos generales, la comparación revela que Kaiser opta por afirmaciones más tajantes y verificablemente falsas, mientras que Kast privilegia la insinuación, la reformulación y la ambigüedad como mecanismos de influencia.
El estudio concluye que la desinformación opera como un recurso político central en la comunicación digital de ambos candidatos, consolidando narrativas que buscan reforzar ideas de amenaza, cuestionar la gestión gubernamental y posicionar discursos de orden y autoridad en el debate público. Según los autores del análisis, estas prácticas no solo afectan la calidad del debate político en redes sociales, sino que también moldean la percepción ciudadana sobre temas sensibles como migración, criminalidad y seguridad pública.


